De todas las cosas / Cap IV: Del sexo (Primera Parte)

avatar

El sexo tanto como la religión han demarcado las líneas gruesas y finas de la historia. No ha habido fuerza motriz tan poderosa como el deseo sexual y no habrá punto en donde las sociedades polemicen más que en él, aún cuando es quizás el punto más en común que tenemos los seres humanos.

Una vez escuché en una serie de TV una frase que decía algo como: "el sexo es un insustituible vehículo para conectar con otra persona, aumenta la sensación subjetiva de felicidad y amor", muchas definiciones abundan sobre el sexo, pero creo que a todas se les olvida lo más elemental de él que es una necesidad, que el ser humano está diseñado para necesitar placer, buscarlo y obtenerlo. Luego vienen las distorsiones que han complicado la definición biológica de esa necesidad, como el amor, la fidelidad, la monogamia y todo lo que la cultura popular ha inventado en pro de instaurar en el imaginario colectivo, la idea "sucia", "pecaminosa", "pervertida", "culpable" respecto al sexo. Y aún así, todo el mundo lo practica.

AA8425BE-8F77-4D70-B061-287F40EE4422_1_105_c.jpeg

Alguna vez alguien inventó que la conexión espiritual, emocional y sentimental que se siente con otra persona y que definimos como enamoramiento y posteriormente como amor se debe manifestar con sexo única y exclusivamente hacia esa persona, existe la connotación de que el amor es un vehículo que transporta el deseo siempre en la misma dirección (o hacía la misma persona) pero eso no funciona así. Al hablar del sexo como la manifestación de una necesidad fisiológica inherente a la biología de los seres humanos, se puede equiparar (esto lo digo sin ninguna evidencia científica, sólo por motivación de la lógica) a otra necesidad, como la de alimentarse, por ejemplo, quizás en otra época de la civilización, ese acto estaba signado por la mera intención de satisfacer la necesidad, pero ahora, existe placer en el acto de alimentarse, por la amalgama de sabores, sensaciones y variedades, por tanto, es común que las personas se interesen y deseen comer cosas distintas. Lo mismo pasa con el sexo.

Este post no es una alegoría a la promiscuidad, pero tampoco una glorificación a la fidelidad. En este punto de mi vida, pienso que la fidelidad "sexual" no debe ser una imposición de la sociedad, de la fe o de la "moralidad", debe ser parte de un compromiso, no con la otra persona, sino con el que ha decidido ser fiel. La monogamia no implica ni de lejos una garantía de amor, tan sólo es la manifestación hipócrita de que "no se le da importancia al sexo".

03D5B0B3-462A-4849-ACEB-B482A65D444C_1_105_c.jpeg

El sexo es variado, el deseo también lo es. Por tanto no siempre seremos atraídos sexualmente por distintos tipos de personas y ¿Por qué está mal satisfacer ese deseo? Si por ejemplo, nos gusta mucho la comida de un restaurante ¿Significa eso que se siente amor por el chef?, lamentablemente la mayoría de las personas prefieren una relación "monógama" sin valores fundados en la confianza, la camaradería, la solidaridad y la sinceridad... cambian el placer por la esencia de ser pareja. Si de pareja se trata.

El mundo se ha desarrollado bajo la estigmatización de quien disfruta de su sexualidad, permitiendo que en las sombras se arrastren las parafilias y las conductas anómalas respecto al sexo, porque la cultura se ha encargado de satanizarlo y hacernos sentir culpables tras cada orgasmo.

106E756B-DC80-4331-BA48-EA3860761B0D_1_105_c.jpeg

Los curas hablan de la lujuria como pecado. Pero los mayores pedófilos han salido de sus filas. ¿Y todo por qué? Porque vivimos la vida escondiendo lo delicioso que es un polvo y excitándonos en las sombras cual delincuentes, huyendo de la culpa que nos han hecho sentir por algo que es absolutamente natural.



0
0
0.000
0 comments