If we could see it all from our perspective it would be like an alternative world, a parallel world in 😊 English and Spanish.

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For many wizards, the Muggle world isn't just unfamiliar... it's strange and bewildering.

Growing up in a society where everything is solved with a spell, a charm, or a magical creature makes Muggle solutions, no matter how common, seem complicated, ingenious, or even ridiculous from their perspective. And one of the clearest examples of this is something as mundane as traveling on the subway.

For a wizard, boarding an underground train filled with wires, machines, turnstiles, and illuminated signs is almost like entering a parallel universe. There are no wands, no potions... and yet everything works. People traveling without broomsticks, without Floo powder, without Portkeys.

People traveling vast distances without magic, only with steel, electricity, and timetables. For some wizards, that's not just confusing: it's breathtaking.

Arthur Weasley epitomizes this perfectly. His enthusiasm at watching how an escalator works, how a Muggle inserts a card into a reader to get on, or how a train glides along without the aid of magic is genuine.

For him, Muggles are brilliant for having found ways to live without any magical power, and that fills him with curiosity, not condescension.

But not all wizards think like him. Many see Muggle things as inferior, unnecessary, or even annoying. And that's why the subway, cars, technology, phones, and television are often ignored or unknown by much of the wizarding community. Hogwarts, for example, is full of ancient magic, but it doesn't have electricity, piped hot water, or light bulbs... because they simply don't need it.

This culture clash is one of the most interesting aspects of the wizarding world. Because while Muggles see wizards as impossible beings, wizards see Muggles as people who have created their own version of magic... without magic.

And that, for those who observe it with humility, like Arthur, is not just admirable. It's an endless source of wonder. Because a train that travels underground, that arrives on time, that carries thousands of people every day, is so magical in its own way... like a well-made enchantment.

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Para muchos magos, el mundo muggle no solo es desconocido... es extraño, desconcertante

Crecer en una sociedad donde todo se resuelve con un hechizo, un encantamiento o una criatura mágica hace que las soluciones muggles, por más comunes que sean, parezcan complicadas, ingeniosas o incluso ridículas desde su perspectiva. Y uno de los ejemplos más claros de esto es algo tan cotidiano como viajar en metro.

Para un mago, subirse a un tren subterráneo lleno de cables, máquinas, torniquetes y anuncios iluminados es casi como entrar en un universo paralelo. No hay varitas, no hay pociones... y sin embargo, todo funciona. Gente que viaja sin escobas, sin polvos flu, sin trasladores.

Gente que recorre distancias enormes sin magia, solo con acero, electricidad y horarios. Para algunos magos, eso no solo es confuso: es impresionante.

Arthur Weasley lo representa a la perfección. Su entusiasmo al observar cómo funciona una escalera mecánica, cómo un muggle inserta una tarjeta en un lector para pasar, o cómo un tren se desliza sin ayuda de magia, es genuino.

Para él, los muggles son brillantes por haber encontrado maneras de vivir sin ningún tipo de poder mágico, y eso lo llena de curiosidad, no de condescendencia.

Pero no todos los magos piensan como él. Muchos ven lo muggle como algo inferior, innecesario o incluso molesto. Y por eso, el metro, los autos, la tecnología, los teléfonos o la televisión suelen ser ignorados o desconocidos por gran parte de la comunidad mágica. Hogwarts, por ejemplo, está lleno de magia antigua, pero no tiene electricidad, ni agua caliente por cañerías, ni bombillas... porque simplemente no lo necesitan.

Este choque cultural es uno de los aspectos más interesantes del mundo mágico. Porque mientras los muggles ven a los magos como seres imposibles, los magos ven a los muggles como personas que han creado su propia versión de la magia... sin magia.

Y eso, para quienes lo observan con humildad, como Arthur, no solo es admirable. Es una fuente infinita de asombro. Porque un tren que viaja bajo tierra, que llega a tiempo, que lleva a miles de personas todos los días, es tan mágico a su manera... como un encantamiento bien hecho.



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