Donde se cuenta cómo llegaron los avestruces a América
POR CULPA DE LA BABIECA y chismosa gente de la corte del rey de Portugal, Juan IV, el tataratatara abuelo de mi tataratatara abuelo se vio obligado a venir a América en el siglo XVII. Este rey, de probado juicio en asuntos estatales había hecho nuevamente de Portugal una potencia. Para entonces los portugueses tenían territorios en África y América, y de África le habían llevado como obsequio un par de avestruces. Juan IV, maravillado con las hermosas aves que no volaban, pero que centellaban al correr, las vio crecer, emparejase, poner huevos y multiplicarse y para sumar esa multiplicación mandó a buscar un cargamento de avestruces con la excusa de que su carne, por tener menos grasa, era mejor que la de res, pero en realidad lo que buscaba era la domesticación de los avestruces para usarlos con fines bélicos.
Nada es descartable en asuntos de guerra, si se han usado perros, caballos, bueyes, halcones, elefantes y muchos otros animales, por qué no los avestruces como máquinas asesinas; si en manada podían atropellar a un ejército, si jineteados podían romper distancias, y si caídos en batalla podían usarse de alimento, ¿por qué no aprender a domesticarlos?
Fue así como Juan IV le dio a los avestruces un lugar privilegiado en su corte. Debían ser tratados como nobles, alimentados como nobles y hasta sacrificados noblemente para las causas de las nobles celebraciones. Surgió, para tan noble tarea una cuadrilla de esclavos dedicados exclusivamente a la cría y entrenamiento de los avestruces. De ahí viene parte de mi distinguidísima descendencia familiar, porque el tataratatara abuelo de mi tataratatara abuelo quien ya era esclavo en el reino, se casó siendo domador de avestruces de la corte de Juan IV, y sus hijos hubieran pasado a ser aprendices de tan noble oficio en tan importante corte, si no hubiera sido porque el tataratatara de mi tataratatara abuelo no le permitió al rey ese, la bajeza tan grande de querer matarlo.
─¿Y cómo fue que llegó a América ese… el… tataratatara abuelito de tu tataratatara abuelito? ─Le preguntó Merardo Manganeso que para entonces no se llamaba míster Merard.
─Llegó al Nuevo Continente con lo único que logró sacar de valor de su país, su dignidad, cuyo valor es el mismo que vale la dignidad de todo ser humano en cualquier época. También logró traer consigo un par de huevos de avestruz, que no valían más que su dignidad, pero como eran de origen noble adquirían un valor adicional porque siendo el tataratatara abuelo de mi tataratatara abuelo uno de los domadores de avestruz de la corte del mismísimo Juan IV, como ya te dije, no tenía los mismos privilegios que los animales de la corte.
Eso molestaba mucho al tataratatara abuelo de mi tataratatara abuelo, tanto que ya ni se cuidaba de decir las cosas porque como igual las paredes tenían oídos, el rey siempre sabía quién hablaba o arrugaba la cara en su contra, y como el tataratatara abuelo de mi tataratatara abuelo tenía la cara bien arrugada, una parte por lo viejo y otra por lo arañazos de los avestruces, los aduladores del monarca empezaron a repetir que lo arrugado de la cara del viejo era por refunfuñar en contra de lo arrugado de la cara del rey.
Pero si eso molestaba al tataratatara abuelo de mi tataratatara abuelo, más empezó a molestar al Juan ese, y para acabar de una vez con ese eslabón podrido del chisme, lo mandó a cortar por la parte más vieja, por la esclava. Cuando el tataratatara abuelo de mi tataratatara abuelo se enteró, huyó esa misma noche en el avestruz favorito del rey Juan. No fue sino montarse y pedirle que volara, pero el ave no entendía, no ve que ellos nanai con el vuelo y cuando al tataratatara abuelo de mi tataratatara abuelo le empezaron a rozar los perdigones por las orejas, le pidió que corriera, y ahí sí, a 80 km por hora atravesó Portugal y parte de España; en una línea recta salió desde Lisboa hasta Sevilla, completando para entonces casi las tres horas de camino, sin parar y sin reparar ningún obstáculos, ríos, montañas o vegetación, porque las maldiciones y amenazas del Juan IV tampoco pararon, si no que se reforzaron con una orden de captura, “vivo para el noble avestruz y muerto para mi tataratatara abuelito” y detrás de la orden, un desfile de soldados, y delante de estos un centenar de esclavos pisándole el rastro al avestruz.
El ave se detuvo en Sevilla porque se cansó y para no llamar la atención porque para entonces España y Portugal no comían en la misma mesa, se escondieron, lo que no sabían, porque era de noche, fue que se habían metido en un escondite movible, porque cuando se dieron cuenta venían en dirección hacia el Nuevo Continente.
Primera entrega de este documento que se negaron a escribir los cronistas de India, y que ahora verá la luz en hive, para el conocimiento de todos.
Electronic-terrorism, voice to skull and neuro monitoring on Hive and Steem. You can ignore this, but your going to wish you didnt soon. This is happening whether you believe it or not. https://ecency.com/fyrstikken/@fairandbalanced/i-am-the-only-motherfucker-on-the-internet-pointing-to-a-direct-source-for-voice-to-skull-electronic-terrorism
https://twitter.com/jesuspsoto1/status/1490722752856309760
The rewards earned on this comment will go directly to the person sharing the post on Twitter as long as they are registered with @poshtoken. Sign up at https://hiveposh.com.
Esta publicación ha recibido el voto de Literatos, la comunidad de literatura en español en Hive y ha sido compartido en el blog de nuestra cuenta.
¿Quieres contribuir a engrandecer este proyecto? ¡Haz clic aquí y entérate cómo!
Agradecido por el apoyo.